Monday, October 16, 2006

eSpiral 8 a partir de Noviembre.
Manden sus textos.

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Domingo-Septiembre y es Sábado

Estos días he usado el olvido a su máximo esplendor. He obligado forzadamente a mi conciencia, a partir de una configuración lingüística, ha abolir el juego infundado encorsetado en mi espalda como esas navajas que tiran algunos camicaces al azar. Todo el orgullo se deformo tanto que adquirió un tono cínico y descarado. Es como si efectuara el auto-castigo como ultimo recurso de emancipación estoica. Todo ese día –en la carretera- se detuvo la sentencia Pirronica. Todo el simulacro de la cita quedo en un dedo apuntalando el cielo plagado de estrellas. Vine a verte sólo para decirte que existen las estrellas.

Pseudo 8

Es que soy dependiendo de la frecuencia. Recurriendo a inconscientes flotando dentro de una fantasmagoría que niega poseernos en este momento. Cuando la realidad aflora en medio de las nubes insulsas, caratulando cisnes con bramidos y canales de venas. Sólo puedo escribir desde mi realidad en la sobriedad, pues ella conduce a la epoje (aparentemente).

Lo demás me remite a meras constelaciones platónicas, donde las entrañas de la objetividad no merecen renglón alguno. Entonces no pienso en tu mueca, simplemente me enrolo entre las bóvedas de un amateur de cuerpo delirante. Y los sentidos me empañan de una diacronía vertical, que sólo apetece mojarse de hipotenusas con latidos de diluvios paganos.

Luego vuelvo a preguntarle su nombre. Lo ha olvidado con el prefijo “in” (nombre). La fogosidad de su insomnio, lo incita a una nueva re-conceptualizacion de lo sagrado. No era Odin el de los lustros encantados. Era la heroína de la blasfemia, suavizando el barniz de sus entrañas. La gimnástica de la niña tristeza.




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