(apuntes por una micro-política de la mirada) :
mirar al otro sin lanzar cuchillos, bombas, asesinatos, violencia, destrucción.
Mirar al otro sin el género, posición, ideología, clase social. Mirar. Mirar al
niño, al humano-post-humano lanzado en este territorio enmarcado para
existir-vivir.