Friday, November 25, 2005

Fragmentarias.

  1. El inventor de la deconstrucción es Nietzsche. Derrida sólo vino a seguir jugando con el lenguaje, como símbolo lucido e hipermutable del pensamiento e invento esa palabra. Pues recordemos fue Nietzsche el que mata al centro de todo el pensamiento occidental: Dios.

  1. Derrida se divierte con la muerte de Dios e inventa la deconstrucción. Y se propone tratar de seguir seduciendo al lenguaje para seguir apuntando hacia lo mismo. Es en cierta medida la misma astucia heiddeggeriana: El vacío.

  1. Derrida es un postcinico antimoderno. Cuando le preguntan de política en lugar de atormentarse y arrojar un “no me interesa la política” inventa la espectrologia, y juega a inventar los fantasmas de Marx. En vez de postrarse amargado y resentido con el mundo…les concede un deseo.

  1. Tratar de interpretar a Derrida con seriedad es lo mismo que sucede con los estudiosos de Nietzsche que tratan de encasillarlo en un sistema. Ambos autores no creían en la objetividad, en el concepto, en las categorías. Se divierten creando metáforas, gozando del caos y la ambigüedad.

  1. La fama de Derrida se debe a la creencia en que había una seriedad de por medio en el nuevo método. A Derrida no le interesa lo claro y lo distinto, se complace con inventar términos afásicas, intuibles, secretos, mudos. Es la exacerbación de la conciencia ultrametafisica posmoderna.

Epoje

Concepto,concepto,concepto,concepto...

La ilusión hegeliana es la dinastía de una mitología que se entierra en las parábolas más delirantes de los renglones de una avaricia exuberante. Hegel es un avaro multiexpansivo, en el sentido que logra hacer la más grande resignificación del vicio filosófico. –lo metafísico- El concepto es el abarcamiento de cualquier rincón de lo ontológico y metafísico en cuanto tiñe las mascaras del caos de una bella falacia para trasladarlo incluso fuera de la palabra. Lo innombrable también es concepto, la locura también es concepto… Lo irracional es un concepto. Todo es concepto, el todo también es un concepto. El concepto es la prisión del caos, y el caos es otro concepto. El concepto hegeliano es aterrador, desde el momento en que no hace posible la reconciliación con el vació. Salvémonos de Hegel.

Espectro en la burra.

Feminas arcaicas.

  1. Baudrillard tiene más esencia femenina que algunas feministas.
  2. El género no tiene nada que ver con la diferencia ontológica. Su conceptualización –si es que existe alguna- trasciende todo tipo de clasificación inclusive le parece indiferente.
  3. Hablar de hombre y mujer es una ideología que ya no pertenece a nuestra época. La mujer ha abandonado ese nihilismo al que le han condenado algunos hombres y mujeres. La mujer no existe desde la condición antropológica, mantengámosla en secreto.
  4. El feminismo es un tipo de nihilismo que victimiza a la mujer donde ni siquiera existe dicha condición. La mujer inventa su existencia en una realidad que no logra ser categorizada por lo femenino y por eso se inventa el feminismo para tratar de racionalizar algo que de modo definitivo no pertenece a ninguna ideología.
  5. La victimización no es una condición exclusiva de la mujer ni de los marginados. Las victimas existen donde se les inventa, cuando hay una decisión que desea casarse con ese personaje, ya sea consiente o inconscientemente. Ninguna alternativa es más alta que la otra. Presuponen solamente la careta de uno de los modos de conciencia que conocemos.

Espectro sin Marx

Aforistika

  1. Si ya hemos aprendimos a gozar el efecto narcótico producto del pensamiento, esto significa el olvido al juego del maya que siempre subyace a nuestro discurso. Al cual, solemos sedar para construir un cimiento que sostenga la ambigüedad. El placer del pensamiento es el olvido del maya.

  1. La reconciliación con el maya no es producto de la narcosis, al contrario, es producto de la lúcidez. Todo intento de adormecimiento es por el peso que le atribuimos al maya, sin saber que es lo ligero la envoltura de sus vértices.

  1. Cuando perdemos el equilibrio entre el cielo y la tierra, empezamos a pensar más que de costumbre. Cuando detectamos la intersección justa en el momento justo la mente hace un alto, logramos un pedazo de epoje. La epoje esta en un nivel secreto entre el cielo y la tierra: nuestra percepción tiene que aprender a detectarla.

  1. Conocer a un individuo sólo por lo que escribe, es conformarse con un personaje que nosotros mismos hemos inventado. Interpretamos su vida, sus fracturas y sus posibilidades. Olvidando que no lo tenemos aquí enfrente de nosotros, para aspirar todo su aroma y su imaginería energética. Y saber si en verdad miente y toda esa belleza que habita en sus letras en verdad le pertenecen.

  1. Observar el tiempo de los rostros es aprender a palpitar la frecuencia de las ideas en el personaje en curso. Detectar la palabra que se repite por su mirada, las arrugas y el cabello, es predeterminar el resto de su discurso. ¿Hay alguna otra posibilidad de no ser encajonados? Nietzsche nunca pude mirarte.

  1. Hay que aprender a detectar qué es lo que quieren decir las nubes cuando se mueven de cierta manera, el vuelo de los cuervos, el chillido de las lechuzas. Detectar sus movimientos, sus auras ocultas. Siempre hay signos impresos por todas partes. No sabemos leer. Pensamos que leer es solamente descifrar letras. El universo entero esta lleno de símbolos que no sabemos detectar por la falsa idea que tenemos que la lectura sólo pertenece al texto. Es como pensar que el lenguaje sólo pertenece a lo humano.

Anti-Kantiana

Filosofika Post- Nihil




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