[ tijuanicidio uno]
La cruz de malta que se asoma por las
vértebras del sol, lleva varios días protegiendo tijuanicidio. Ya
no se asusta, si la falta de atención de los habitantes, su distracción, locura
diaria, infecta o congestiona los meridianos
de la ciudad.
Los tres eclipses de
Julio anticipan demasiado. El estado onírico de los terrícolas se incrementa en
frecuencia exagerada. La neurociencia no comprende. Es por eso que los
monasterios ocultos bajo el centro de la ciudad, se organizan telepáticamente para
irradiar delfines voladores entre las arterias periféricas de la urbe.
I love pseudociencias. Escribe una estudiante de Antropología en el muro del
Facebook. Suena too much envy en el ordenador. Los baños de
ruda que realizó Virgilia Amarillo el mes pasado sobre su contracturado sistema
esquelético le ayudaron a conseguir empleo en la tortillería de la Colonia Aviación.
En lo sucesivo, trataré de diseñar una constelación post.planetaria más allá
del nueve. Basta ya de repetir los mismos planetas. Basta ya de tanta
normalidad. Bienvenidas sean pues, las lógicas difusas y demás vibraciones al
respecto.
Los campesinos de _________ están muy tristes. No comprenden el significado del
gran telescopio del Instituto de Astronomía Nacional. Porque ellos: Pueden
vivir perfectamente bien, sin la ciencia, sin la ciencia, sin la ciencia.
Virgilia Amarillo está enamorada del
prólogo de la Fenomenología del Espíritu. Tres años después de este párrafo morirá
en el Cianuro Social, suele esperarse que en su próxima trasmigración vital encarne el
personaje de un profesor engreído de Filosofía. Brillante por supuesto.
Pero ciego en lo absoluto, pues para sobrevivir, necesita fans, discípulos,
gente alrededor fingiendo alguna pose servil para reafirmar su
autoestima.
La cruz de Malta respira. No vale la pena relatar lo anterior. Los monasterios
subterráneos de la cinco y diez, planean una ascensión discreta, entre
los swap meets de la zona. Saben que la geografía simbólica
del lugar, está intestada por bacterias reptilianas, que se inmiscuyen
invisiblemente entre los semáforos, puentes, y tiendas de artículos de segunda.
Cinco brujas deleuzianas y
abstractas purifican la ciudad. Y claro, tú no me vas a creer nada. Y claro, no
es necesario. El positivismo, la modernidad, y demás parafernalia al respecto.
No te dejan ver nada. Porque. Si no tienes el esquema a priori instalado
en tu cerebro para visualizar la invisibilidad. No mirarás bien. La infancia
kantiana era. Y es muy sabia. Pero claro, no mirarás bien. Pensarás que es
alguna patología. La niña habla sola. Hay que darle medicamento.