Monday, July 03, 2006

La seductora sensación del devenir se hace latente una vez que se ha comprendido lo irrepetible como conciencia fugaz. Lo ilimitado se vuelve lo más penetrable, dentro de un discurso que se vuelve insoluto, tras la irrepetible noción de un acontecimiento insepultable, dentro de su naturaleza transgresora. Lo xerox no se puede encontrar. El puro devenir, lo ilimitado, es la materia del simulacro en tanto que esquiva la acción de la Idea, en tanto que impugna a la vez el modelo y la copia. (Deleuze)
La abolición de un ciclo estructural, dentro de la tentativa de un significante fijo, es decir, conceptual, nos remite espasmódicamente a un residuo sin sentido aparentemente. Es una interpretación que no se casa con una estampida moral, en su connotación más íntima. Pues de cualquier forma, se busca la destitución de un sujeto estático, que desconfía de las rutas sin sentido. Persecución simbólica de un estatuto aparentemente contradictoria, que difiere con el rasgo de frecuencia de un horizonte seguro. Allí radica la fortaleza de la paradoja, en que no se deja conferir en ningún sentido de fácil digestión. La paradoja es primeramente lo que destruye al buen sentido como sentido único, pero luego es lo que destruye al sentido común como asignación de identidades fijas. (Deleuze)

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