Wednesday, October 14, 2009

frozen fog con pantha.

Darse cuenta. Es una guía que antecede los parámetros celestiales. Darse cuenta de la muerte cuando nadie quiere morir. Darse cuenta de los discursos que discuten sobre la muerte. Como acercamiento débil. Darse cuenta del coito de los pájaros con los delfines y las pirámides celtas. Darse cuenta de las arrugas complejas de los argumentos inofensivos de los niños que no saben hilar papalotes. Darse cuenta de las mezclas que puedes hacer en varias imágenes donde acontece tu vida en una velocidad inigualable con medicina confusa en refrigeradores llenos de arco iris que sudan la nostalgia de un mar Egeo. Darse cuenta de la habitación del mediterráneo que alberga tus últimos dientes. Darse cuenta de la frontera desde el desgarro de los úteros de toda esa gente que no duerme enclaustrada en dimensiones inaudibles. Darse cuenta de su perdición. ES un darse cuenta pequeño. Micro.argumentos. Darse cuenta de las mil lunas del miedo. Miedo a las diez de la mañana con estomago vacío y escasas canciones no es el miedo de un mediodía de primavera con un pan duro en la cocina para comer. Darse cuenta que no me gusta el centro ni la 5 y 10. Al menos que este en la frecuencia metafórico trascendental que adquirí por obra de algún espíritu gratuito que me forzó deliberadamente a sacar y aventar manzanas mayas por el aleteo inconmensurable de mi vientre. Darse cuenta que no tolero la música folclórica ni todas esas cosas que suenan por todos lados. Darse cuenta de los micro-cosmos paranoicos. Darse cuenta que no me gustan las bodas y algunas chicas han de pensar que no han conocido a ninguna chica que no le gusta ir a las bodas. Darse cuenta que me gusta estar en tierra cerca de cualquier cosa que me haga sentir que el universo es infinito. Darse cuenta del desprecio involuntario que me dan los discursos sociológicos que combinan todo a partir de un discurso de autoridad de algún filósofo que suena por todos lados que hasta pereza da mencionar. Darse cuenta de la poca empatia que me pueden provocar las mezclas de algunas citas textuales sòlo para llegar a decir lo mismo. Darse cuenta que en los últimos años los pocos discursos que han provocado un estado de asombro y voracidad infinita provienen de un científico que quería ser chaman y nunca lo logró. Darse cuenta de ese gran placer que me deviene en mundos subatómicos y transversales. Darse cuenta de ese desprecio inaudito que sentía por la ciencia hace aproximadamente cinco años. Darse cuenta que ahora no hago otra cosa más que hablar de cómo se hace ciencia todo el día. Ciencia ciencia ciencia y tecno-minimal. Darse cuenta del momento exacto donde mi vida abandono los excesos hedonistas para sólo tomar café jugar con Fausto y seguir delirando en otra frecuencia. Darse cuenta es una carta que tome por azar en una casa ajena del tarot de oSho.

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