Saturday, April 19, 2008

I.

Todo comienza con un adormecimiento del hemisferio derecho. El brazo se estanca de sangre, al mismo tiempo que mi pierna empieza a punzar por el canal del hígado. Es el corazón aunado a la transpiración biliar de un modo acongojado. Exceso de viento dirían los orientales.

Cada vez que intento ser humilde todo se viene abajo. A “M” le sucede lo mismo. Si algo me unió a él en un principio, fue esa peculiar arrogancia. Ambos sentíamos la falsa pincelada de un semidiós sobre nuestras costillas.



II

Tu, tu no eras más que el fruto de la causalidad. Familia y anonimato. Lo que nos unió al principio fue esa pasión desenfrenada producto de nuestras añoranzas infantiles. Las novelas de Sade, las ansias de huir de la crueldad y monotonía del mundo.

No planeamos encuentro alguno.



III

Tù, yo no sè. Quièn eres tu?
Hola---------------------------------------------------------------------------------------------------------------

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