Todo comienza con un adormecimiento del hemisferio derecho. El brazo se estanca de sangre, al mismo tiempo que mi pierna empieza a punzar por el canal del hígado. Es el corazón aunado a la transpiración biliar de un modo acongojado. Exceso de viento dirían los orientales.
Cada vez que intento ser humilde todo se viene abajo. A “M” le sucede lo mismo. Si algo me unió a él en un principio, fue esa peculiar arrogancia. Ambos sentíamos la falsa pincelada de un semidiós sobre nuestras costillas.
II
Tu, tu no eras más que el fruto de la causalidad. Familia y anonimato. Lo que nos unió al principio fue esa pasión desenfrenada producto de nuestras añoranzas infantiles. Las novelas de Sade, las ansias de huir de la crueldad y monotonía del mundo.
No planeamos encuentro alguno.
III
Tù, yo no sè. Quièn eres tu?
Hola---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
No comments:
Post a Comment