Tuesday, July 20, 2010

Xue [sangre]

I

La obsesión por sus lecturas hegelianas le explota en las rodillas. La sangre toma un reposo forzado en su ovario izquierdo. Al mismo tiempo fluye hacia sus pies de manera pausada por los muslos. Trata de esquivar la frescura de la dermis que poco a poco le oscurece el paso por algunos brotes de colores agrios. Son las temporadas de lectura excesiva. La que le producen esas varices recién nacidas que luego logra desaparecer tras algunos masajes rigurosos. No termina de comprender cómo la calidad de su pensamiento –cualquiera que éste sea- debilita el grosor de su sangre. Desquiciando el funcionamiento orgánico en múltiples direcciones que aún desconoce.

II

No acaba de comprender el no valor de la erudición. Mucho menos el alto rango del silencio en las meditaciones de los sabios. Una comprensión acida en su bazo. No le permite adecuar la concentración necesaria para el escrito. Una cosa ha descubierto en los últimos dos días: los textos están vivos. Tiene que practicar cierta mesura con las cosas que va creando a partir de las letras. Dejar en algún desenlace saludable el final de la escritura. Atornillar los espacios respiratorios de las letras con alguna señal de reposo al pensamiento. Insisto: lo único que le tiene que importar es su sangre.

III

Ha mesurado su deseo de inmortalidad discursiva. Ha encontrado lo que tenía que encontrar en sus últimos diez años de lectura. Sabe que escribir es necesario. Cuando no se tiene la fortaleza necesaria para volar. Mucho menos para visitar otros planetas. La intelectualidad es si acaso algún entretenimiento breve. En estos años de estadio pre-esotérico. Por eso no admira a los sujetos con los veinte libros. Y los quince premios. Sabe a ciencia cierta que su única admiración es hacia la sabia que no existe. La mujer que no escribe libros. Y habita precisamente: fuera del tiempo.



IV

Algún día me saldré del tiempo. Y seré inteligente porque amaré a los perros sarnosos y a cualquier otra criatura existente sobre el planeta que no coincida en lo absoluto con mis juicios de valor. Seré inteligente porque me sentaré armónicamente al lado de un homeless. Seré inteligente porque soy nadie. Habré entendido el fin de la nadería que me posee. Antes y después de venir aquí.



pd. No anunciare mi ausencia en ningún lugar. Conversaré si acaso de vez en cuando con los niños y mi sábila favorita.


[calla]

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