Thursday, December 30, 2010






(=(=:



Voy en el aire. Hay turbulencia. Mi vientre se balancea extrañamente. Escucho Margaret Yosa. Hay turbulencia. El Bocho irá a recogerme al aeropuerto. Tengo un poco de hambre. Esperando a los bárbaros de Coetze. Poco a poco. No logra seducirme como para terminarlo de leer durante el vuelo. Me parece algo convencional. No obstante, hay algunos pasajes metafóricos de naturaleza onírica. Muy bien armados. O quizá vividos. De repente algunos cuadros me recuerdan a V. Frankl.


Pasan las vendedoras de cerveza. Estos vuelos de último nivel. Aparte de que me tumbaron cincuenta dollares. Porque olvide imprimir el pase de abordar. La pseudo multa  es el precio de una cena rica en el restaurante argentino de Mty. Que no recuerdo como se llama. No importa. Iré. Se acabó Margaret Yosa. A paw in my face. The field. Es divertido escribir desde este lado del universo. Me encanta el barniz azul marino sobre mis uñas. Mi anillo de plástico. ¡Qué felicidad!



Instante metafórico similar al vuelo poético San Diego-Madrid de Rina Batori. Ese personaje que he estado inventando la última semana de Diciembre. Entre la lluvia y mi carro nuevo. El sonido-las bocinas. ¡Qué trivialidad! Pero. ¡Qué felicidad! Y en ocasiones no encuentro sintomatologia alguna para encontrar al redención hacia Batori. Me congela. Nos congelamos mutuamente. Huyo hasta mi casa del cerro. Con un sonido denominado no spring breakers. La sigo pensando en el trayecto de la mesa de madera. Del café público escolar. Donde acostumbro beber mi espresso. Doble. Si la lucidez de mis sentidos así lo ameritan. Más claridad. Otro espresso doble. Por favor. Y llueve y las llantas de mi carro se ensucian. No importa. Tengo que llegar hasta mi casa del cerro. Atravesar el horroroso charco de lodo. Despacito. Abrir la puerta de madera. Cerciorarme de que todo está bien. Limpiar mi cocina roja. Si. Mi cocina roja.

Prender el incienso. Las veladoras. Sentarme sobre la cama a observar el mar por un momento. Ver como han crecido las plantas que sembré durante el verano. Dar dinero a los vecinos. Porque ya vamos a tener una calle menos lodosa. Y que la arreglen rápido por favor. Pues si sigo viva. En los próximos dos años. Quitaré el techo de dos aguas. Construiré el segundo piso. Y será una hermosa casa cubo minimal. Que no se cómo se llama ese estilo. Y si llego a vieja. Beberé vino con Fausto en la chimenea. Y bailaremos. Seguramente los cactus estarán gigantes. Si mi pereza toma la decisión de trasladarlos a unas macetas más grandes. Y te invitaré a cenar para besarte por tres horas. Entonces estaré lista para hacer una declaración amorosa. Triple. Si. Triplicidad al infinito. Pequeña belleza antikantiana. Fabricando telones amorosos en las cortinas de los ojos.



Lo sé. Se nota que Coetze no escucha música electrónica. Estuve a punto de cargar con un libro de Bellatin. Pero no. Era demasiado. Andar cargando cosas. Quiero llegar a Playa del Carmen. Sin tantas cosas. Y después a comprar ropa a Mty.  ¡Qué trivialidad! Pero que trivial te has vuelto. Podría decirme una voz masculina en el pasado. La arrogancia hippie. Y tú. Y tu. Fenomenologìa del espíritu. ¿Dónde ha quedado?


A lo que quizá podré responder. Es la escenografia que me contiene. La externa. Lo público-empancipador. Y si te digo. Que. Anoche estuve orando. Que sentía un triangulo mántrico en mi útero. Mientras pretendía dormir. Que no tengo nada de miedo. Que a veces vuelo. Y pronuncio palabras-mágicas-extrañas. Estoy tan protegida todo el tiempo. Y que eso no puedo escribirlo. Que escribo lo falso. Lo hipotético-comercial. Que algún día llegare a la cumbre del escrituricidio absoluto. Que me gustaría que todos fuésemos felices. Sin necesidad de publicidad. Que me gustaría que todos. Love.Sin necesidad de competir. Decirle a todos cuanto los amo. Sin necesidad de aterrorizarlos. De decirte que hay amor.


Es cierto: Voy a una pirámide.

No comments:




Blog Archive