El problema de "las elecciones" es un asunto de lenguaje. Sí, hubo demasiada verborrea al respecto, campañas, spots, y publicidad que caían en la violencia. La violencia de un lado o del otro, nunca sana nada. Pensar en "fraudes" antes de que existan, solamente crea y construye ese imaginario, hasta volverlo una realidad. No hemos reconfigurado nuestra situación psiquica, ni a nivel individual, ni mucho menos colectiva. Seguimos padeciendo el mal del "espejo enterrado" que tanto aclamaba Fuentes. En estos tiempos, lo mejor es no repetir lo mismo, e ir edificando, creando, pensando, que esa imposibilidad que no estamos preparados para tener, es algo real. Hace falta creer y poner en práctica, lo que Roger Penrose llamaba la estética de los milagros, para alejarnos de una vez de las contaminadoras virtuales, y de los futuros preconfigurados en la desgracia. Contaminar el mundo con alegría y fe, tal y como lo afirmaba Nietszche, el I Ching, y tantos otros libros sagrados.
Afirmar: yo contamino el mundo con alegría y fe, sin caer en lo "buen visto" y "legal" que es andar por el mundo sufriendo, estresado y agachando la cabeza. Soy feliz, porque para eso nací. Para eso nacimos. Y para finalizar, aquí les dejo una enseñanza del I Ching: "tan grande es el poder de la alegría en los humanos".
Buena noche a todos.
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