1.
El concepto de “interconectividad” está empezando a despertar ciertas sospechas en mi conciencia, ahora, cualquier explicación tanto en disciplinas científicas como artísticas que se consideren actuales hacen uso de esta representación que se pusò de moda, hace precisamente, casi cincuenta años. El problema de los conceptos “normales” es que se empiezan a volver tan nombrados, tan normales, tan ideológicos que dejan de captar la movilidad plegada que tanto presumen atrapar. Existe, en este sentido, una dislocación temporal entre el uso del concepto “ontológico en si” y el concepto “ontológico actual”. Es decir, que mientras pensamos que estamos explicando algo, la temporalidad azarosa navega más rápido que nuestros esquemas mentales lentos y caducos, y la explicación se vuelve una cuadratura que ya no atrapa lo que sucede en el presente. Una posibilidad de alcanzar la velocidad del universo subatómico, radicaría precisamente, en ir construyendo lenguajes capaces de fluir a una velocidad más rápida que la explicación conceptual de una época. Conocer con gramáticas que se van construyendo paso a paso en cada movimiento generado en el universo, sin tratar de nombrar y reconocer hacia un “tiempo atrás”. En este sentido, la mayoría de las explicaciones tienen aproximadamente medio siglo de letargo temporal. Eso pasa por ejemplo, cuando nos sentimos cómodos de explicar el mundo desde un fundamento supuestamente compartido, que no es otra cosa más que la legitimidad de los momentos. El ojo común o mirada legìtima por ciertas comunidades supuestamente regidas por acuerdos precisos y compartidos. Por eso, creo que es importante, retomar la explicación conceptual del mundo como metáfora. Pero como metáfora inmediata, no como metáfora encasillada en registros anteriores. Algo así, como un tipo de poiesis futurista que está siempre adelantada en el tiempo, esperando la lucidez del espíritu más despierto de una época para captarlo.
[registro en proceso, 16:21, 23-02-2012]
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