Todos los seres humanos somos una canción.
Todos los seres humanos somos canciones. Todo depende de la naturaleza intrínseca
de nuestro órgano mayor, es decir, de nuestro órgano protagonista. Si por
ejemplo, decido ser una canción Zen, es porque conozco la suficiencia, es
porque conozco el ritmo originario, y me acoplo a él. Bailo con él. Respiro con
él. Soy una con él. En este sentido, es preciso atender a todas las palabras
que emitimos durante nuestro transito existencial. Palabras que se dicen,
palabras que se callan. De esta forma, podemos ser consientes del ritmo de nuestra canción.
Punk-hardcore-heavy metal- Enojo con el
mundo- Hígado-Fuego
Indie- melancolía-desapego- tristeza-pulmón
Continuará…
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