Dos punto cero: Las fotografías se desvanecen en sentido contrario. La escena sucede dos kilómetros a la derecha, tres a la izquierda y revienta hasta aquí. Y bien, ¿Es eso tu tiempo futuro? Sí. El tiempo cortado y pegado como principio cartesiano y obsoleto. Piensas que piensas el tiempo pero es nada. Son. Sólo retazos de ecuaciones en ondas retardadas, gestadas en la desesperación de una pantera enterrada en cierta melancolía de cometa marino. Tanto desgaste por llegar a brillar. Al menos, eso sugirió la lechuza que resguarda los chicles del árbol de la cinco y diez. Entonces, tanto el momento final como el momento ausente y presente. Son necesarios para que los instantes futuros sigan lanzando llamaradas oblicuas. Al poder construir esto. Algo respira ya en otro espacio. Respira, camina, transmigra. Canta de lo insensato que es medir las corrientes corpusculares en detalles flagelados de reencarnación triangular. Repetitiva. Y bien, ¿Para eso naciste tres veces? Truena la córnea despampanante de narrativas de blog. Un blog, otro blog, cien y pico blogs. Blogs, blogs…. Propongo una radicalidad no propagandística y borrosa. Donde el nadie se identifique con nadie. Y los delfinarios y los arrecifes de las ciudades cristal. No sean parte de un espectacular. Claro, ¡Viva el intelectual espectacular! El más sabio y veloz. Ella ella ella. Piensa sobre todo en la indiferencia de las hormigas. Y en la sincronicidad presente de esos tres kilómetros abajo del Dandy del Sur. Que si la teoría de las transcuerdas. Que si la teoría de los anti universos paralelos. Que si la teoría de la última dimensión. Que si me arrancaste el tercer ojo como un búbalo. Que si la belleza de mi cruz de ocote.Tanta desnutrición de los niños en los semáforos.
Tanta desnutrición: No se borra con un post.
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