Yo no soy renacentista ni tengo tres heterónimos o
esas cosas raras que pretenden superar
el límite del orden. A mì, la sucesión solo me señala líneas, jardines
alquimistas, metáforas aisladas en la sonoridad ámbar de esta media noche.
Hoy no puedo volar en esa fuga irremediable de tus
tinieblas. Tampoco en la arqueología escéptica de los traumas infantiles. No
pretendo nada. No pretendo nadie.
¿Recuerdas?
Cautiva (estoy) del orden imperfecto de todos los
espacios:
en todas partes y en ninguna en todas partes y en
ninguna en todas partes y en ninguna
Cruz.
Atemporal.
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