Hay
mudanza de plantas en la habitación: tres cactus, una sábila, y dos plantas desérticas
con nombre desconocido. Leo algunas citas de Bohm en Ana Rioja y
pienso en la nueva configuración energético-espacial de mi habitación. El
cuarto de estudios vibra distinto sin las plantas. Mi habitación también. No sé,
si trasladarlas o dejarlas dormir conmigo. Escucho frecuencias solfeggio en
alta vibración (825 hertz, para ser exactos) y sigo disfrutando del aceite de
romero que untè por mi coxis, piernas y mapas de los pies. Media hora atrás,
estaba agotada. No quería pensar ni hacer nada. Un absurdo nihilista se apoderó
de mi espíritu. Estuve a punto de enojarme pero lo derribé. Alcance a percibir
a lo lejos (dentro de mi confusión) que
mis vibraciones corporales habían bajado de frecuencia. Que no estaba alienada
con el multiverso. Que el amor no estaba entrando en mi cuerpo. Y que la
memoria es memoria. Y que mis decisiones amoroso-racionales son las mejores. Entonces,
sentí aquí, escribí aquí….y ahora, regreso al texto académico…
Esto no es un cuento ¿O sí?
Esto no es un cuento ¿O sí?
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