Postgrados
en el extranjero.
Qué
maravilla que salgan del país a estudiar sus maestrías y doctorados en alguna
universidad extranjera. No niego que la experiencia de intercambio cultural,
vivir en otro contexto, y practicar el idioma en curso, resulten de gran valía
para el desarrollo de cualquier individuo cognoscente. No obstante, lo no
maravilloso me remite a que regresan citando a los mismos teóricos. Para seguir
leyendo a Bordieu, mejor lo leo aquí modestamente en mi rancho. Para armar una
tesis entera parafraseando a Bordieu, pues ni hablar. Toda esta rimbombancia de
estudiar postgrados en el extranjero no es otra cosa que la inevitable
repetición del efecto espejito al que tanto aludía Fuentes, o en su caso, Octavio
Paz. Y esa práctica cultural es la misma que se reproduce por ejemplo, en los
que emigran a una ciudad estrella, con la mira de alcanzar el éxtasis divino, y
al regresar tienen un círculo de fans sedientos de escuchar las maravillas de
esas tierras lejanas. Lo curioso,
entonces, es que luego los doctorantes en el extranjero, regresan a nuestras
universidades tercer mundistas y se encuentran con coordinadores embriagados
con el efecto espejito y los contratan pensando que traen el conocimiento non plus ultra del planeta, y pues no,
regresan citando a los mismos que estamos leyendo aquí. Con esto no quiero negar que existan
individuos brillantes, y que en el intercambio espacial se aprendan otras cosas,
sólo quiero manifestar la sobrevaloración al respecto y que, además, Occidente
está infiltrado en todo. Y claro: citar a un teórico con apellido extranjero
siempre sonará más profundo que citar a alguien con apellido de plebeyo. Así
las cosas.
No comments:
Post a Comment